¿Qué tiene la cerveza IPA que la hace tan genuina? Pues una gran concentración de lúpulo, un porcentaje de alcohol del 5% al 7% y mucha historia. Cada lata o botellín de IPA contiene uno de los mayores hallazgos de conservación del mundo de la cerveza. O eso cuenta la leyenda…
Hay historias que nos parecen fascinantes y por ello recorren países enteros en boca de la gente. La historia de la recta fantástica de George Hodgson para una receta de cerveza imperecedera es una de ellas.

Cuenta la leyenda…
La India Pale Ale, su acrónimo IPA, fue el resultado del esfuerzo de los productores de cerveza ingleses de finales del s. XVIII de llevar su cerveza a la India y que llegase en buen estado para el consumo.
Las cerveceras inglesas de la época habían descartado producir la cerveza en la India, ya que hacía demasiado calor. Pero necesitaban una cerveza que pudiera sobrevivir intacta un viaje de 6 meses. Los ingleses asentados en la colonia demandaban cerveza inglesa.
Los cambios de temperatura durante los viajes marítimos desde Gran Bretaña a la India estropeaban la cerveza. Esta llegaba agria y caduca.
La receta creada por George Hodgson lograría que la cerveza superase todas las inclemencias meteorológicas. Aumentó la concentración de lúpulo el porcentaje de alcohol de la October Ale, una cerveza fuerte que se añejaba como el vino antes de beberla. El lúpulo controla el crecimiento de la bacteria que transforma el alcohol en ácido acético.
Parece una buena historia, ¿verdad?, algo que contar. Pues bien, casi nada de lo anterior ha podido ser nunca verificado. Un artículo de The Beer Connoisseur nos habla de ello en detalle. La cerveza se exportaba a la India con éxito ya a principios del s. XVIII. La cerveza podía durar fácilmente más de un año y ser transportada sin problemas. Sí hubo una legislación en esa época para transportar la bebida que obligaba a elevar la graduación y la concentración de lúpulo para garantizar una mayor seguridad de conservación.
Pero siempre es más interesante contar una buena historia. Así que queda a manos de cada uno lo que se cuenta o lo que se cree.
Autora: Anna García Sánchez